miércoles, 3 de noviembre de 2010

Cecilia Tait asegura que su lucha contra el cáncer no es un drama, sino una lección de vida

La ‘zurda de oro’, quien se considera una sobreviviente, recibió siete dosis de quimioterapia y 15 radioterapias. Confesó que el apoyo de su familia fue fundamental para vencer la enfermedad.

La ex voleibolista Cecilia Tait no quiere que su exitosa lucha contra el cáncer que padeció este año sea vista como un drama, sino como una lección de vida, pues ella sobrevivió al linfoma de Hodgkin (cáncer a los ganglios) que le descubrieron cuando estaba en Alemania en abril pasado.

“No quiero contar mi historia como un drama, sino que sirva como lección a otras personas. Cada cáncer es diferente, cada cuerpo lo recibe también de otra manera diferente, pero yo sigo pensando que la prevención ayuda y te cura. Yo soy una sobreviviente”, enfatizó.

Ella decidió volver al Perú para someterse a las sesiones de quimioterapia, la única forma para combatir el cáncer a los ganglios. No obstante, primero tuvo que procesar su situación y contárselo a su familia. Su médico se lo había recomendado porque el apoyo de sus seres queridos era fundamental para su curación.

Al recordar las palabras de apoyo de su hija, quien le dijo que no importaba si perdía el cabello con tal de que estuviera viva, la también ex congresista rompió en llanto frente a las cámaras del programa de TV “Cuarto Poder”, que la entrevistó en Boston (EE.UU.), donde reside actualmente tras haber superado exitosamente el tratamiento contra este mal.

Su mamá, de 85 años, y su hermana le prometieron darle “toda la fortaleza” para afrontar este mal y así fue. Su primera prueba fue someterse a las sesiones de quimioterapia, a las cuales llamó “Edward” con la finalidad de despojarlas de toda referencia dolorosa con las cuales se les asocia a este tratamiento.

Cecilia Tait recibió siete de las ocho sesiones de quimioterapia prescritas por su médico en el Perú. La octava ya no fue necesaria. Y para complementar el tratamiento se le practicó 15 sesiones de radioterapia localizadas para eliminar cualquier rezago de célula maligna. Bajó 10 kilos de peso y decidió encerrarse en su habitación para evitar contraer cualquier enfermedad que perjudique aún más su salud.

RECONCILIACIÓN

El tiempo que estuvo convaleciente, la ex deportista se amistó con su padre, a quien no conocía desde que nació. Contó que junto a su hermana lo llamó por teléfono el día del padre y le prometió establecer una relación afectiva. No obstante, también cayó en depresión y dijo que llegó a pensar que “nadie me quería”.

Como parte de su terapia recomendada por su médico, aseguró que vio muchos dibujos animados junto a su hija y que disfrutó mucho la serie de TV “Matadoras”, sobre los principales logros deportivos conquistados por la selección peruana de vóley durante la década del 80.

Finalmente, dijo que a pesar del tiempo de reflexión y las reconciliaciones que tuvo en este tiempo, aún no ha logrado mejorar su carácter pero que quiere lograrlo en algún momento. Fuente: El Comercio Web

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